martes, 26 de febrero de 2013

Fuga y muerte de Escobar. Fin del narcoterrorismo como actor bélico

A casi un año de su encierro a principios de julio de 1992, Escobar, se había convertido en un extorsionista de alto rango. Dejó de exportar cocaína y empezó a cobrar elevadas sumas de dinero a los demás narcotraficantes. Sospechando de sus más cercanos aliados, ejecutó a Fernando “el negro” Galeano y Gerardo “Kiko” Moncada, pretextando que estos le ocultaban $20 millones. La posterior purga entre los más cercanos a ambos capos y entre sus familiares dejó unos 50 muertos.
El gobierno y la fiscalía general de la nación al conocer de los graves hechos y para evitar que el “Patrón” siguiera delinquiendo desde su cómoda prisión, ordenó el traslado de este hacia un nuevo penal. Pero en condiciones oscuras que demostraron una vez más el poder de corrupción y el temor que generaba el peligroso narcotraficante, él, su hermano Roberto y 8 de sus lugartenientes se fugaron de La Catedral el 22 de julio de 1992. La evasión del capo, cayó como un baldado de agua fría para la administración Gaviria, que se vio burlada ante la opinión pública y desprestigiada internacionalmente. El gobierno tocado en lo más profundo, creó entonces un Comando Especial Conjunto o Bloque de Búsqueda, integrado por miembros de la policía y el Ejército, para cazar a los prófugos y desmantelar de una vez por todas, su imperio criminal.

La muerte de Lara: empieza la guerra del Narcotráfico

La administración Betancur se planteó por primera vez el dilema de la incorporación a la vida legal de los narcos. La reforma tributaria de 1983 planteó una nueva relación entre Narcotráfico y Estado ofreciendo la alternativa de incorporar los dineros calientes a la economía legal colombiana. Se sondeó además la posibilidad de la legalización de la droga y la expedición de un marco legal que permitiera a los barones de la coca su participación en la vida social, legal y política del país. El nacimiento del Movimiento Latino Nacional de Carlos Ledher y de Civismo en Marcha de Pablo Escobar, quien ocupó un puesto en la cámara de representantes como suplente de Jairo Ortega, fue una expresión de este proceso. Pero dicho esbozo, fracasó por la oposición de los sectores tradicionales para aceptar estos hechos: estaban dispuestos a recibir el dinero pero no iban a permitir la intromisión directa de los narcos en la vida política. El Nuevo Liberalismo, movimiento liderado por Luis Carlos Galán y por Rodrigo Lara Bonilla (nombrado ministro de justicia por Betancur), fue el adalid de una cruzada contra la narco-política, denunciando incesantemente los orígenes no santos de la fortuna de Escobar, convertido a la sazón en el objetivo principal de sus críticas.

Matrimonios e Hijos

Su esposa fue Victoria Eugenia Henao Vallejo, La Tata, con quien se casó cuando ésta tenía quince años en 1976. De dicha unión nacieron sus dos únicos hijos: Juan Pablo Escobar Henao el 24 de febrero de 1977 y Manuela Escobar Henao el 24 de mayo de 1984. Gloria Gaviria Flores, quien fue su prima consentida, fue la madrina de la boda junto con Carlos Fersch, el mejor amigo del Cartel del Sur. Ella manifiesta que: "Pablo mucho antes de morir me decía que quería que su hijo y el mío deberían ser los dueños del imperio, puesto que él no quería que su imperio acabara". Gloria en la actualidad vive en Bogotá y paga casa por cárcel, la patria potestad de su hijo menor la tiene su abuela, lo último que se supo del joven es que vive en Antioquia, Colombia junto a su abuela. Los hijos del capo, Juan Pablo y Manuela Escobar Henao, después de la muerte de Escobar salieron del país, pero fueron devueltos en cuanto pisaron Estados Unidos, corriendo con la misma suerte en Alemania. Finalmente se instalaron en Buenos Aires, donde tuvieron varios problemas legales que después lograron resolver. Por razones de seguridad, y para alejar el estigma de tener el apellido de Escobar, sus nombres y apellidos fueron cambiados por las autoridades colombianas antes de que salieran de ese país. Así, Victoria pasó a llamarse María Isabel Santos Caballero, Juan Pablo es ahora Juan Sebastián Marroquín Santos y Manuela se llama Juana Manuela Marroquín Santos, identidades que fueron recientemente reveladas por su propia voluntad.
El 11 de diciembre de 2009, su hijo Juan Pablo presentó el documental biográfico Pecados de mi padre, en el que pide perdón a las familias víctimas de la violencia del narcotráfico.El 8 de noviembre de 2006, un día después de la muerte de su madre Hermilda, el cadáver de Escobar fue exhumado por orden de Nicolás Escobar, sobrino de Pablo e hijo de Roberto Escobar Gaviria, alias El Osito. Sebastián Marroquín acusó a su primo de haber vendido las imágenes de la exhumación a la televisión (éstas fueron transmitidas en directo ) y de lucrarse con la memoria del capo. La disputa familiar se hizo más profunda tras conocerse que Nicolás se quedó con tres dientes y un pedazo del bigote que aún quedaba en la osamenta, aunque él alega que las conservó para realizar pruebas de ADN que resolverían los reclamos de paternidad de dos supuestos hijos del narcotraficante